La selección de colores merece un papel importante a la hora de elegir alguna prenda o cosmético, puesto que el tono de la piel puede jugar en contra y desarrollar un contraste poco favorable. Para conocer la gama de tonalidades que conjugan mucho mejor con la tez, es esencial descubrir a qué estación del año pertenecemos. Pues, las paletas de diversos pigmentos se dividen en temporadas desde las cálidas hasta las más frías.
Aunque puede sonar incierto, existen colores que producen una auténtica compatibilidad con nuestro tono de piel, pelo y ojos. Las paletas se clasifican en invierno y verano para tonalidades frías; otoño y primavera para tonalidades cálidas. Asimismo, para precisar a qué grupo pertenecemos, hay ciertas características que suelen encajar en alguna de estas como el tono de las venas y la aparición de pecas. Es decir, las venas verdes con los cálidos, y las azules con los fríos. No obstante, lo mismo puede ocurrir con la existencia de esas pequeñas manchitas en la piel que normalmente corresponde a los cálidos; sin embargo, esta teoría presenta un poco de confusión, pero, sin duda, nuestros rasgos y pigmentación se adaptan más a una gama que a otra.
Invierno: colores intensos
La paleta de invierno despliega una estela de tonalidades oscuras y fuertes como el negro, el azul marino y el rojo. Lo ideal es evitar colores claros ya que activan la opacidad en la piel creando un mínimo contraste. Sin embargo, es posible optar por camisas blancas combinada con una prenda inferior oscura o viceversa. Siempre apostando por colores intensos.
Verano: tonos suaves
En esta época del año los colores claros suelen estar en la cúspide de la moda, y si formas parte de la paleta de verano, pues esas tonalidades ligeras son las que más favorecen, reafirman y exaltan los rasgos. Pigmentos frágiles y románticos aunados con los más oscuros que también existen en esta gama, arroja como resultado una combinación perfecta.
Otoño: un ‘bronzer’ natural
Olvídate del gris y luce tu golden skin como nunca antes apostando por tonalidades cálidas, que revitalizan al máximo el bronceado natural. Los naranjas y amarillos logran el brillo natural de la tez, y, por supuesto, el blanco es prioridad en la selección.
Primavera: el ‘beige’ como protagonista
El rosa palo, la gama de los marrones y los colores pasteles realzan fuertemente el pelo, los ojos y la tez. La paleta de primavera es sinónimo de una estela de pigmentos claros que incrementan el brillo en la piel, disipando el mínimo punto de inflexión.
Hace unos días Valentina Ferragni mostró a través de las historias de Instagram su paleta de colores. Para ello, utilizó diversas telas para definir la gama que más se acopla a sus rasgos. Y, como resultado, acertó con la Spring Light Palette.
En este sentido, es esencial descifrar tanto los rasgos como la gama de tonalidades haciendo las combinaciones de diversas telas de colores con el rostro.
Muchísimas gracias por leerme💖
¡Suscríbete para conocer más!